miércoles, 22 de octubre de 2014

EL QUIJOTE COMO UN HÉROE MODERNO - EJERCICIO DE MONOGRAFÍA




En el presente escrito pretendemos realizar una monografía en la cual, se va a analizar el concepto de héroe, desde la obra literaria “El Quijote de la Mancha”; para este fin tomaremos como base el texto La tierra que atardece: ensayo sobre la modernidad y la contemporaneidad, de Fernando Cruz kronfly;  partiendo de la hipótesis “El Quijote de la Mancha como héroe moderno”.

Para iniciar este escrito, se hace  necesario definir  lo moderno, que en palabras  de Fernando Cruz kronfly: “lo moderno significa la ruptura gramática del mundo medieval en todos los órdenes, y el aparecimiento y consolidación de una nueva época y de la consciencia de la misma”.[1] En este orden de ideas, es pertinente definir lo que es héroe; a lo cual se refiere Savater de la siguiente forma: “héroe es quien logra ejemplificar con su acción la virtud como fuerza y excelencia” (Savater, 1981). Teniendo en cuenta estos conceptos bases, desarrollaremos nuestra monografía.
Ahora bien, el quijote de la mancha, es una novela  escrita por el español Miguel de Cervantes Saavedra, y publicada en el año de 1.605. Esta obra es considerada como la más representativa de la literatura española y universal. Es así como esta,  recrea la historia de Alonso Quijano, un hombre de 50 años, autollamado “el quijote de la Mancha”, quien era un hombre muy entregado a las lecturas sobre libros de caballería, y eternamente enamorado de “Dulcinea del Toboso”, una mujer que solo vive en su mente. Debido a esto, su vida toma un rumbo en el que se envuelve en una aparente locura; lo cual lo lleva a ser, un caballero; y bajo este rol, y con la compañía de su amigo Sancho Panza, comienza a vivir aventuras un poco locas y ridículas, que lo lleva a conocer personas, lugares y situaciones. Aunque no tenía ningún plan, siempre tenía algo que hacer, y en el camino encontraba algún motivo para luchar.
En este personaje, se encuentran varias características que lo hacen notar como un héroe, un tipo de héroe que vive en función de una supuesta justicia, encaminada a hacer el bien a los demás, esto se evidencia en la siguiente cita:

“y volviendo las riendas encaminó a Rocinante hacia donde le pareció que las voces salían; y a pocos pasos que entró por el bosque, vió atada una yegua a una encina, y atado en otra un muchacho desnudo de medio cuerpo arriba, de edad de quince años, que era el que las voces daba y no sin causa, porque le estaba dando con una pretina muchos azotes un labrador de buen talle, y cada azote le acompañaba con una reprensión y consejo, porque decía: la lengua queda y los ojos listos. Y el muchacho respondía: no lo haré otra vez, señor mío; por la pasión de Dios, que no lo haré otra vez, y yo prometo de tener de aquí adelante más cuidado con el hato. Y viendo Don Quijote lo que pasaba, con voz airada dijo: descortés caballero, mal parece tomaros con quien defender no se puede; subid sobre vuestro caballo y tomad vuestra lanza, (que también tenía una lanza arrimada a la encina, adonde estaba arrendada la yegua) que yo os haré conocer ser de cobardes lo que estáis haciendo”[2].

Ahora bien, este personaje ha sido denominado como antihéroe, quizás por el hecho de no corresponder a un héroe como tal,  o no es visto de la misma forma que los héroes tradicionales, tanto de capa y súper poderes atribuidos, en algunos casos, a un elemento.  Esto lo afirma Savater, en su libro En La tarea del héroe de 1981,  donde él, señala a don Quijote como uno de los primeros antihéroes de la literatura occidental.
Pero, a pesar de que no cuente o no se diga que está enmarcado como tal, si lo es en cierta medida; porque posee características indispensables que como héroe, debe tener.
Es así, como se evidencia que, El Quijote, presenta algunas características propias de un héroe, una de ellas es la valentía, puesto que él, siempre se enfrentó a diversas situaciones, sin reparar que haría y que pasaría, solo pensaba en realizar una hazaña y llevarla a cabo; así fuera pelear con gigantes (molinos), que en aunque más grande que él, no lo amedrentaron, ni lo hicieron renunciar a su misión. Lo anterior se expresa dentro de la obra de la siguiente manera:

“En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como Don Quijote los vió, dijo a su escudero: la ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o poco más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla, y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer: que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra. ¿Qué gigantes? dijo Sancho Panza. Aquellos que allí ves, respondió su amo, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas. Mire vuestra merced, respondió Sancho, que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de vient(…) Bien parece, respondió Don Quijote, que no estás cursado en esto de las aventuras; ellos son gigantes, y si tienes miedo quítate de ahí,(…)  Levantóse en esto un poco de viento y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual visto por Don Quijote, dijo: pues aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar”[3]

Lo anteriormente citado expresa una escena de la obra, donde El Quijote, al ir en busca de aventuras, se encuentra unos molinos de vientos, pero, para él, en su demencia, los ve como unos gigantes; que según él, lo están retando y a los que decide enfrentarse con total decisión.

Otra de las características visibles en el personaje, es la seguridad de la sociedad, en este caso, la seguridad de ciertas personas que de un modo u otro, se cruzaron en su camino; esto se refleja en el siguiente citado:

Estando en estas razones, asomaron por el camino dos frailes de la orden de San Benito, caballeros sobre dos dromedarios, que no eran más pequeñas dos mulas en que venían.(…)  No venían los frailes con ella, aunque iban el mismo camino; mas apenas los divisó Don Quijote, cuando dijo a su escudero: o yo me engaño, o esta ha de ser la más famosa aventura que se haya visto, porque aquellos bultos negros que allí parecen, deben ser, y son sin duda, algunos encantadores que llevan hurtada alguna princesa en aquel coche, y es menester deshacer este tuerto a todo mi poderío.(…) Mire señor, que aquellos son frailes de San Benito, y el coche debe de ser de alguna gente pasajera: mire que digo que mire bien lo que hace, no sea el diablo que le engañe. Ya te he dicho, Sancho, respondió Don Quijote, que sabes poco de achaques de aventuras: lo que yo digo es verdad, y ahora lo verás. Y diciendo esto se adelantó, y se puso en la mitad del camino por donde los frailes venían, y en llegando tan cerca que a él le pareció que le podían oír lo que dijese, en alta voz dijo: gente endiablada y descomunal, dejad luego al punto las altas princesas que en ese coche lleváis forzadas, si no, aparejáos a recibir presta muerte por justo castigo devuestras malas obras”.[4]

En lo anterior, se demuestra como El Quijote, se apropia de la seguridad de las demás personas; puesto que, al encontrar este coche con unos frailes, y en su locura, piensa que ellos son personas malas, que llevan secuestrada a una princesa. Por lo que él, decide enfrentarlos, para salvaguardar la vida de esta supuesta princesa.
Una característica más, encontrada en el quijote, que lo hace ser un héroe, es la nobleza. Este personaje, posee esta cualidad, en tanto se muestra sincero, sin malicia, más enfocado en hacer el bien, y pensando siempre en los demás, incluso, dejando de lado su propósito personal, en el caso del quijote, dejaba de lado su propósito de ir en busca de su amada (Dulcinea del Toboso), y se encaminaba a  hacer el bien y hacer justicia a favor  de alguien que lo necesitara.
Don Quijote y Sancho iban caminando tranquilamente por un descampado cuando encontraron en su camino a unos galeotes, presos, que iban escoltados por unos comisarios armados. Don Quijote al ver que estos presos iban encadenados se interesó del porque de esta inhumana situación. Sancho se lo intento explicar, pero al no quedar satisfecho este comenzó a preguntarle a los galeotes  el por qué de su condena. Los galeotes comenzaron uno por uno a explicarle a Don Quijote el por qué se encontraban encadenados y condenados a trabajar en las galeras del rey.
Don Quijote al considerar injusto, que esos hombres estuvieran condenados por algo que él no consideraba una pena mayor, decidió liberarlos y dejarlos marchar en paz. Al acabar esta pequeña batalla entre los galeotes y Don Quijote contra los comisarios, Don Quijote les dijo a los galeotes que fueran a visitar a su amada Dulcinea del Toboso a contarle que el caballero de la triste figura, Don Quijote, les había liberado de sus cadenas y penas. Los galeotes además de negarse a cumplir este pequeño mandato comenzaron a apedrear y saquear a Don Quijote y a Sancho, dejándoles a la intemperie casi desnudos”.[5]

La cita anterior, presenta la nobleza de este personaje, que en medio de su heroicidad, busca la equidad, y está presto a socorrer y ayudar, a quien lo necesita, con un espíritu desinteresado, en aras de hacer el bien; y aunque se exponga a un aparente peligro, siempre está dispuesto a colaborar.
Por otra parte, el Quijote de la Mancha,  posee algunas particularidades que harían pensar que como héroe no tiene mucho, puesto que se discute sobre su lucidez, esa que simuladamente perdió, al leer con tanto esmero los libros de caballería. Es así, como se dice que él, no vivía en la realidad, esa que se le escapaba cada que pensaba en una amada imaginaria, o un suceso totalmente adverso a lo real.
Ahora bien, en la segunda parte del libro Don Quijote de la Mancha, podemos seguir observando el perfil de héroe y el reconocimiento a sus proezas, que a nuestro parecer tiene Don Quijote, y que señalaremos con sus respectivos argumentos.
Uno de esos puntos que resaltan la heroicidad del Quijote es la forma en que confía en los demás, puesto que, jamás cuestiona o pone en duda las misiones que le encomiendan, aunque fueran solo burlas o mentiras, aun así, el cree en los demás y realiza su misión al cual lo encomienden, situación que es aprovechada  por la duquesa  para divertirse en su palacio; en las cuales Don Quijote se sumerge en grandes aventuras que con mucha gallardía enfrenta;Esto lo podemos observar en la siguiente cita:
“A lo que el correo respondió, con voz horrísona y desenfadad: yo soy el diablo, y voy a buscar a Don quijote de la Mancha; L gente que por aquí viene son seis tropas de encantadores que sobre un carro triunfante traen a la simpar Dulcinea del Toboso.
Viene encantada, con el gallardo francés Motesinos , a dar  orden a Don quijote como ha de ser desencantada.(…) ¡yo soy el sabio Lindargueu! Y paso el carro adelante, sin hablar más palabra.(…) luego llegó otro carro ; pero el que venía sentado en él no era viejo como los demás, sino un hombrón robusto y de mala catadura”. [6]
En esta cita, se nota la burla que le hacen al Quijote de la mancha, puesto que ,  se valían se su locura para hacerle creer, que los carros que veía eran gigantes y que con  cada uno de ellos  sostendría una  batalla y aventura.  Una vez más se  demuestra como el caballero de la triste figura es reconocido como un héroe, por las hazañas  y su valor a la hora  de enfrentar cualquier batalla  y tratándose de defender a algún menesteroso  siempre está dispuesto, mucho más  cuando se trata de  defender  cualquier encantamiento que  tenga su amada Dulcinea.
Seguido de esto, aparece el compromiso con los demás, como parte del perfil heroico del Quijote, la siguiente cita nos ilustrará este punto:
“Eso -dijo don Quijote- no tiene que ver conmigo, pues ando siempre bien vestido, y jamás remendado; roto, bien podría ser; y el roto, más de las armas que del tiempo.
-En lo que toca -prosiguió Sancho- a la valentía, cortesía, hazañas y asumpto de vuestra merced, hay diferentes opiniones; unos dicen: "loco, pero gracioso"; otros, "valiente, pero desgraciado"; otros, "cortés, pero impertinente"; y por aquí van discurriendo en tantas cosas, que ni a vuestra merced ni a mí nos dejan hueso sano.
-Mira, Sancho -dijo don Quijote-: dondequiera que está la virtud en eminente grado, es perseguida. Pocos o ninguno de los famosos varones que pasaron dejó de ser calumniado de la malicia. Julio César , animosísimo, prudentísimo y valentísimo capitán, fue notado de ambicioso y algún tanto no limpio, ni en sus vestidos ni en sus costumbres. Alejandro, a quien sus hazañas le alcanzaron el renombre de Magno, dicen dél que tuvo sus ciertos puntos de borracho”.[7]
En lo  anterior se puede apreciar, que de manera subyacente al Quijote se le estaba haciendo un reconocimiento  a sus actos heroicos y que  se hablaba de  él, aunque algunos no estuviesen de acuerdo con su particular forma    caballeresca  de enfrentarse a tantas y diferentes situaciones.   
Aunado a lo anterior, exponemos otra cualidad del héroe moderno, Don Quijote, y es el cumplir con sus promesas; es así, como don quijote al ser enfrentado por el Caballero de la Blanca Luna, este le dice que si pierde debe prometer que va a dejar por un buen tiempo, sus hazañas y aventuras, a lo que el Quijote le responde con total decisión, que si se compromete. Miremos la siguiente cita:
“el cual, encomendándose al cielo de todo corazón y a su Dulcinea -como tenía de costumbre al comenzar de las batallas que se le ofrecían-, tornó a tomar otro poco más del campo, porque vio que su contrario hacía lo mesmo, y, sin tocar trompeta ni otro instrumento bélico que les diese señal de arremeter, volvieron entrambos a un mesmo punto las riendas a sus caballos; y, como era más ligero el de la Blanca Luna , llegó a don Quijote a dos tercios andados de la carrera, y allí le encontró con tan poderosa fuerza, sin tocarle con la lanza (que la levantó, al parecer, de propósito), que dio con Rocinante y con don Quijote por el suelo una peligrosa caída. Fue luego sobre él, y, poniéndole la lanza sobre la visera, le dijo:
-Vencido sois, caballero, y aun muerto, si no confesáis las condiciones de nuestro desafío.
Don Quijote, molido y aturdido, sin alzarse la visera, como si hablara dentro de una tumba, con voz debilitada y enferma, dijo:
-Dulcinea del Toboso es la más hermosa mujer del mundo, y yo el más desdichado caballero de la tierra, y no es bien que mi flaqueza defraude esta verdad. Aprieta, caballero, la lanza, y quítame la vida, pues me has quitado la honra.
-Eso no haré yo, por cierto -dijo el de la Blanca Luna-: viva, viva en su entereza la fama de la hermosura de la señora Dulcinea del Toboso, que sólo me contento con que el gran don Quijote se retire a su lugar un año, o hasta el tiempo que por mí le fuere mandado, como concertamos antes de entrar en esta batalla”.[8]
Aquí se aprecia como don quijote, al perder su duelo con el caballero de la blanca luna, cumple su palabra y se aleja de su vida de aventuras, y se va al campo a cuidar ovejas, dejando muy a su pesar, las aventuras y hazañas a las que está acostumbrado. De esta forma deja ver que cumple sus promesas.
Finalmente, una cualidad que merece catalogar al quijote como héroe, es el cariño y reconocimiento que las personas le dan por sus buenas acciones, puesto que, aun en su lecho de muerte, el quijote es ovacionado con buenos comentarios de las personas cercanas a él, y de los demás que valoraron sus historias y hazañas.
Con todo lo anterior, podríamos decir que El Quijote de la Mancha, es un héroe moderno, puesto que él, mantenía un ideal de vida, marcada por la lucha constante en pro de un pequeño mundo sin injusticias, sin maldad, lleno de alegrías y cosas que festejar; es un héroe que puede caracterizar  dentro de la gama de héroes conocidos en la realidad, puesto que, maneja un compromiso directo con la sociedad, propio de estas personas, y que mantiene su esencia de justicia y colaboración constante, y sin anteponer su interés personal.
Además, su valor requiere doble reconocimiento; puesto que, al actuar en medio de su demencia, nunca utilizó esta falencia como excusa para hacer daño, más bien para favorecer a quien él creía, debía ser ayudado. Es así como, él Quijote, de la mano de su creador, Cervantes; se puede denominar como un héroe dentro la literatura universal, un modelo de nobleza, valentía, perseverancia, colaboración y disposición para el bien y  la justicia.



BIBLIOGRAFÍA


v  Savater, Fernando. La tarea del héroe. Premio Nacional de Ensayo 1982. Disponible en el siguiente link. http://books.google.com.co/books/about/La_tarea_del_h%C3%A9roe.html?id=HQRKL8K9aoAC&redir_esc=y


v  Cruz kronfly Fernando. La tierra que atardece. El ensayo y la vocación de reflexionar.Disponible en el siguiente link. http://poligramas.univalle.edu.co/25/hernando.pdf


v  De cervantes Saavedra Miguel. Don quijote de la mancha, primera edición enero de 2004.

 

[1] Cruz kronfly Fernando. La tierra que atardece. Pág.11
[2] De cervantes Saavedra Miguel. Don quijote de la mancha, primera edición enero de 2004.Página 25.
[3] Ibid, pág. 42.
[4] Ibid.pag, 46.
[5] Ibíd. Pág.83, 84, 85.
[6] Ibid. Pag.165-167.
[7] Ibid.pag.135.






NAYI ROCÍO MÉNDEZ PEINADO.
LEONIS ESTHER RACERO GÓMEZ.
UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
LICENCIATURA EN ESPAÑOL
MONTERÍA 2012

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