En
el presente escrito pretendemos realizar una monografía en la cual, se va a analizar
el concepto de héroe, desde la obra literaria “El Quijote de la Mancha”; para
este fin tomaremos como base el texto La
tierra que atardece: ensayo sobre la modernidad y la contemporaneidad, de
Fernando Cruz kronfly; partiendo de la
hipótesis “El Quijote de la Mancha como héroe
moderno”.
Para
iniciar este escrito, se hace necesario
definir lo moderno, que en palabras de
Fernando Cruz kronfly: “lo moderno
significa la ruptura gramática del mundo medieval en todos los órdenes, y el
aparecimiento y consolidación de una nueva época y de la consciencia de la
misma”.[1]
En este orden de ideas, es pertinente definir lo que es héroe; a lo cual se refiere Savater de la siguiente forma: “héroe es quien logra
ejemplificar con su acción la virtud como fuerza y excelencia” (Savater,
1981). Teniendo en cuenta estos conceptos bases, desarrollaremos nuestra
monografía.
Ahora
bien, el quijote de la mancha, es una novela escrita por el español Miguel de Cervantes
Saavedra, y publicada en el año de 1.605. Esta obra es considerada como la más
representativa de la literatura española y universal. Es así como esta, recrea la historia de Alonso Quijano, un
hombre de 50 años, autollamado “el quijote de la Mancha”, quien era un hombre
muy entregado a las lecturas sobre libros de caballería, y eternamente
enamorado de “Dulcinea del Toboso”, una mujer que solo vive en su mente. Debido
a esto, su vida toma un rumbo en el que se envuelve en una aparente locura; lo
cual lo lleva a ser, un caballero; y bajo este rol, y con la compañía de su
amigo Sancho Panza, comienza a vivir aventuras un poco locas y ridículas, que
lo lleva a conocer personas, lugares y situaciones. Aunque no tenía ningún
plan, siempre tenía algo que hacer, y en el camino encontraba algún motivo para
luchar.
En este personaje, se
encuentran varias características que lo hacen notar como un héroe, un tipo de
héroe que vive en función de una supuesta justicia, encaminada a hacer el bien
a los demás, esto se evidencia en la siguiente cita:
“y volviendo las
riendas encaminó a Rocinante hacia donde le pareció que las voces salían; y a
pocos pasos que entró por el bosque, vió atada una yegua a una encina, y atado
en otra un muchacho desnudo de medio cuerpo arriba, de edad de quince años, que
era el que las voces daba y no sin causa, porque le estaba dando con una
pretina muchos azotes un labrador de buen talle, y cada azote le acompañaba con
una reprensión y consejo, porque decía: la lengua queda y los ojos listos. Y el
muchacho respondía: no lo haré otra vez, señor mío; por la pasión de Dios, que
no lo haré otra vez, y yo prometo de tener de aquí adelante más cuidado con el
hato. Y viendo Don Quijote lo que pasaba, con voz airada dijo: descortés
caballero, mal parece tomaros con quien defender no se puede; subid sobre
vuestro caballo y tomad vuestra lanza, (que también tenía una lanza arrimada a
la encina, adonde estaba arrendada la yegua) que yo os haré conocer ser de
cobardes lo que estáis haciendo”[2].
Ahora
bien, este personaje ha sido denominado como antihéroe, quizás por el hecho de
no corresponder a un héroe como tal, o
no es visto de la misma forma que los héroes tradicionales, tanto de capa y
súper poderes atribuidos, en algunos casos, a un elemento. Esto lo afirma Savater, en su libro En La tarea del héroe de 1981, donde él, señala a don Quijote como uno
de los primeros antihéroes de la literatura occidental.
Pero,
a pesar de que no cuente o no se diga que está enmarcado como tal, si lo es en
cierta medida; porque posee características indispensables que como héroe, debe
tener.
Es
así, como se evidencia que, El Quijote, presenta algunas características propias
de un héroe, una de ellas es la valentía, puesto que él, siempre se enfrentó a
diversas situaciones, sin reparar que haría y que pasaría, solo pensaba en
realizar una hazaña y llevarla a cabo; así fuera pelear con gigantes (molinos),
que en aunque más grande que él, no lo amedrentaron, ni lo hicieron renunciar a
su misión. Lo anterior se expresa dentro de la obra de la siguiente manera:
“En esto descubrieron
treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como Don
Quijote los vió, dijo a su escudero: la ventura va guiando nuestras cosas mejor
de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se
descubren treinta o poco más desaforados gigantes con quien pienso hacer
batalla, y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a
enriquecer: que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan
mala simiente de sobre la faz de la tierra. ¿Qué gigantes? dijo Sancho Panza.
Aquellos que allí ves, respondió su amo, de los brazos largos, que los suelen
tener algunos de casi dos leguas. Mire vuestra merced, respondió Sancho, que
aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de vient(…) Bien
parece, respondió Don Quijote, que no estás cursado en esto de las aventuras;
ellos son gigantes, y si tienes miedo quítate de ahí,(…) Levantóse en esto un poco de viento y las
grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual visto por Don Quijote, dijo: pues
aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar”[3]
Lo
anteriormente citado expresa una escena de la obra, donde El Quijote, al ir en
busca de aventuras, se encuentra unos molinos de vientos, pero, para él, en su
demencia, los ve como unos gigantes; que según él, lo están retando y a los que
decide enfrentarse con total decisión.
Otra
de las características visibles en el personaje, es la seguridad de la
sociedad, en este caso, la seguridad de ciertas personas que de un modo u otro,
se cruzaron en su camino; esto se refleja en el siguiente citado:
“Estando en estas razones,
asomaron por el camino dos frailes de la orden de San Benito, caballeros sobre
dos dromedarios, que no eran más pequeñas dos mulas en que venían.(…) No venían los frailes con ella, aunque iban
el mismo camino; mas apenas los divisó Don Quijote, cuando dijo a su escudero:
o yo me engaño, o esta ha de ser la más famosa aventura que se haya visto,
porque aquellos bultos negros que allí parecen, deben ser, y son sin duda,
algunos encantadores que llevan hurtada alguna princesa en aquel coche, y es
menester deshacer este tuerto a todo mi poderío.(…) Mire señor, que aquellos
son frailes de San Benito, y el coche debe de ser de alguna gente pasajera:
mire que digo que mire bien lo que hace, no sea el diablo que le engañe. Ya te
he dicho, Sancho, respondió Don Quijote, que sabes poco de achaques de
aventuras: lo que yo digo es verdad, y ahora lo verás. Y diciendo esto se
adelantó, y se puso en la mitad del camino por donde los frailes venían, y en
llegando tan cerca que a él le pareció que le podían oír lo que dijese, en alta
voz dijo: gente endiablada y descomunal, dejad luego al punto las altas
princesas que en ese coche lleváis forzadas, si no, aparejáos a recibir presta
muerte por justo castigo devuestras malas obras”.[4]
En
lo anterior, se demuestra como El Quijote, se apropia de la seguridad de las
demás personas; puesto que, al encontrar este coche con unos frailes, y en su
locura, piensa que ellos son personas malas, que llevan secuestrada a una
princesa. Por lo que él, decide enfrentarlos, para salvaguardar la vida de esta
supuesta princesa.
Una
característica más, encontrada en el quijote, que lo hace ser un héroe, es la
nobleza. Este personaje, posee esta cualidad, en tanto se muestra sincero, sin
malicia, más enfocado en hacer el bien, y pensando siempre en los demás,
incluso, dejando de lado su propósito personal, en el caso del quijote, dejaba
de lado su propósito de ir en busca de su amada (Dulcinea del Toboso), y se encaminaba
a hacer el bien y hacer justicia a favor
de alguien que lo necesitara.
“Don Quijote y Sancho iban caminando
tranquilamente por un descampado cuando encontraron en su camino a unos
galeotes, presos, que iban escoltados por unos comisarios armados. Don Quijote
al ver que estos presos iban encadenados se interesó del porque de esta
inhumana situación. Sancho se lo intento explicar, pero al no quedar satisfecho
este comenzó a preguntarle a los galeotes el por qué de su condena. Los galeotes
comenzaron uno por uno a explicarle a Don Quijote el por qué se encontraban
encadenados y condenados a trabajar en las galeras del rey.
Don
Quijote al considerar injusto, que esos hombres estuvieran condenados por algo
que él no consideraba una pena mayor, decidió liberarlos y dejarlos marchar en
paz. Al acabar esta pequeña batalla entre los galeotes y Don Quijote contra los
comisarios, Don Quijote les dijo a los galeotes que fueran a visitar a su amada
Dulcinea del Toboso a contarle que el caballero de la triste figura, Don
Quijote, les había liberado de sus cadenas y penas. Los galeotes además de
negarse a cumplir este pequeño mandato comenzaron a apedrear y saquear a Don
Quijote y a Sancho, dejándoles a la intemperie casi desnudos”.[5]
La
cita anterior, presenta la nobleza de este personaje, que en medio de su
heroicidad, busca la equidad, y está presto a socorrer y ayudar, a quien lo
necesita, con un espíritu desinteresado, en aras de hacer el bien; y aunque se
exponga a un aparente peligro, siempre está dispuesto a colaborar.
Por
otra parte, el Quijote de la Mancha,
posee algunas particularidades que harían pensar que como héroe no tiene
mucho, puesto que se discute sobre su lucidez, esa que simuladamente perdió, al
leer con tanto esmero los libros de caballería. Es así, como se dice que él, no
vivía en la realidad, esa que se le escapaba cada que pensaba en una amada
imaginaria, o un suceso totalmente adverso a lo real.
Ahora
bien, en la segunda parte del libro Don Quijote de la Mancha, podemos seguir
observando el perfil de héroe y el reconocimiento a sus proezas, que a nuestro
parecer tiene Don Quijote, y que señalaremos con sus respectivos argumentos.
Uno
de esos puntos que resaltan la heroicidad del Quijote es la forma en que confía
en los demás, puesto que, jamás cuestiona o pone en duda las misiones que le
encomiendan, aunque fueran solo burlas o mentiras, aun así, el cree en los
demás y realiza su misión al cual lo encomienden, situación que es aprovechada por la duquesa
para divertirse en su palacio; en las cuales Don Quijote se sumerge en
grandes aventuras que con mucha gallardía enfrenta;Esto lo podemos observar en
la siguiente cita:
“A lo que el correo
respondió, con voz horrísona y desenfadad: yo soy el diablo, y voy a buscar a
Don quijote de la Mancha; L gente que por aquí viene son seis tropas de
encantadores que sobre un carro triunfante traen a la simpar Dulcinea del
Toboso.
Viene encantada, con
el gallardo francés Motesinos , a dar
orden a Don quijote como ha de ser desencantada.(…) ¡yo soy el sabio
Lindargueu! Y paso el carro adelante, sin hablar más palabra.(…) luego llegó
otro carro ; pero el que venía sentado en él no era viejo como los demás, sino
un hombrón robusto y de mala catadura”. [6]
En
esta cita, se nota la burla que le hacen al Quijote de la mancha, puesto que
, se valían se su locura para hacerle
creer, que los carros que veía eran gigantes y que con cada uno de ellos sostendría una batalla y aventura. Una vez más se demuestra como el caballero de la triste
figura es reconocido como un héroe, por las hazañas y su valor a la hora de enfrentar cualquier batalla y tratándose de defender a algún menesteroso siempre está dispuesto, mucho más cuando se trata de defender
cualquier encantamiento que tenga
su amada Dulcinea.
Seguido
de esto, aparece el compromiso con los demás, como parte del perfil heroico del
Quijote, la siguiente cita nos ilustrará este punto:
“Eso -dijo
don Quijote- no tiene que ver conmigo, pues ando siempre bien vestido, y jamás
remendado; roto, bien podría ser; y el roto, más de las armas que del tiempo.
-En lo que
toca -prosiguió Sancho- a la valentía, cortesía, hazañas y asumpto de vuestra
merced, hay diferentes opiniones; unos dicen: "loco, pero gracioso";
otros, "valiente, pero desgraciado"; otros, "cortés, pero
impertinente"; y por aquí van discurriendo en tantas cosas, que ni a
vuestra merced ni a mí nos dejan hueso sano.
-Mira,
Sancho -dijo don Quijote-: dondequiera que está la virtud en eminente grado, es
perseguida. Pocos o ninguno de los famosos varones que pasaron dejó de ser
calumniado de la malicia. Julio César , animosísimo, prudentísimo y valentísimo
capitán, fue notado de ambicioso y algún tanto no limpio, ni en sus vestidos ni
en sus costumbres. Alejandro, a quien sus hazañas le alcanzaron el renombre de
Magno, dicen dél que tuvo sus ciertos puntos de borracho”.[7]
En lo anterior se
puede apreciar, que de manera subyacente al Quijote se le estaba haciendo un
reconocimiento a sus actos heroicos y
que se hablaba de él, aunque algunos no estuviesen de acuerdo
con su particular forma caballeresca
de enfrentarse a tantas y diferentes situaciones.
Aunado
a lo anterior, exponemos otra cualidad del héroe moderno, Don Quijote, y es el
cumplir con sus promesas; es así, como don quijote al ser enfrentado por el
Caballero de la Blanca Luna, este le dice que si pierde debe prometer que va a
dejar por un buen tiempo, sus hazañas y aventuras, a lo que el Quijote le
responde con total decisión, que si se compromete. Miremos la siguiente cita:
“el
cual, encomendándose al cielo de todo corazón y a su Dulcinea -como tenía de
costumbre al comenzar de las batallas que se le ofrecían-, tornó a tomar otro
poco más del campo, porque vio que su contrario hacía lo mesmo, y, sin tocar
trompeta ni otro instrumento bélico que les diese señal de arremeter, volvieron
entrambos a un mesmo punto las riendas a sus caballos; y, como era más ligero
el de la Blanca Luna , llegó a don Quijote a dos tercios andados de la carrera,
y allí le encontró con tan poderosa fuerza, sin tocarle con la lanza (que la
levantó, al parecer, de propósito), que dio con Rocinante y con don Quijote por
el suelo una peligrosa caída. Fue luego sobre él, y, poniéndole la lanza sobre
la visera, le dijo:
-Vencido
sois, caballero, y aun muerto, si no confesáis las condiciones de nuestro
desafío.
Don
Quijote, molido y aturdido, sin alzarse la visera, como si hablara dentro de
una tumba, con voz debilitada y enferma, dijo:
-Dulcinea
del Toboso es la más hermosa mujer del mundo, y yo el más desdichado caballero
de la tierra, y no es bien que mi flaqueza defraude esta verdad. Aprieta,
caballero, la lanza, y quítame la vida, pues me has quitado la honra.
-Eso
no haré yo, por cierto -dijo el de la Blanca Luna-: viva, viva en su entereza
la fama de la hermosura de la señora Dulcinea del Toboso, que sólo me contento
con que el gran don Quijote se retire a su lugar un año, o hasta el tiempo que
por mí le fuere mandado, como concertamos antes de entrar en esta batalla”.[8]
Aquí
se aprecia como don quijote, al perder su duelo con el caballero de la blanca
luna, cumple su palabra y se aleja de su vida de aventuras, y se va al campo a
cuidar ovejas, dejando muy a su pesar, las aventuras y hazañas a las que está
acostumbrado. De esta forma deja ver que cumple sus promesas.
Finalmente,
una cualidad que merece catalogar al quijote como héroe, es el cariño y
reconocimiento que las personas le dan por sus buenas acciones, puesto que, aun
en su lecho de muerte, el quijote es ovacionado con buenos comentarios de las
personas cercanas a él, y de los demás que valoraron sus historias y hazañas.
Con
todo lo anterior, podríamos decir que El Quijote de la Mancha, es un héroe
moderno, puesto que él, mantenía un ideal de vida, marcada por la lucha
constante en pro de un pequeño mundo sin injusticias, sin maldad, lleno de
alegrías y cosas que festejar; es un héroe que puede caracterizar dentro de la gama de héroes conocidos en la
realidad, puesto que, maneja un compromiso directo con la sociedad, propio de
estas personas, y que mantiene su esencia de justicia y colaboración constante,
y sin anteponer su interés personal.
Además,
su valor requiere doble reconocimiento; puesto que, al actuar en medio de su
demencia, nunca utilizó esta falencia como excusa para hacer daño, más bien para
favorecer a quien él creía, debía ser ayudado. Es así como, él Quijote, de la
mano de su creador, Cervantes; se puede denominar como un héroe dentro la
literatura universal, un modelo de nobleza, valentía, perseverancia,
colaboración y disposición para el bien y
la justicia.
BIBLIOGRAFÍA
v Savater, Fernando. La
tarea del héroe. Premio
Nacional de Ensayo 1982. Disponible en el siguiente link. http://books.google.com.co/books/about/La_tarea_del_h%C3%A9roe.html?id=HQRKL8K9aoAC&redir_esc=y
v Cruz kronfly Fernando. La
tierra que atardece. El ensayo y la vocación de reflexionar.Disponible en el
siguiente link. http://poligramas.univalle.edu.co/25/hernando.pdf
v De cervantes Saavedra
Miguel. Don quijote de la mancha, primera edición enero de 2004.
[1] Cruz kronfly Fernando. La tierra que atardece. Pág.11
[2] De cervantes Saavedra Miguel. Don quijote de la mancha, primera
edición enero de 2004.Página 25.
[3] Ibid, pág. 42.
[4] Ibid.pag, 46.
[5] Ibíd. Pág.83, 84, 85.
[6] Ibid. Pag.165-167.
[7] Ibid.pag.135.
NAYI ROCÍO MÉNDEZ PEINADO.
LEONIS ESTHER RACERO GÓMEZ.
UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
LICENCIATURA EN ESPAÑOL
MONTERÍA 2012
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